A través de la experiencia profesional y académica, he tenido ocasión de observar el fracaso de los instrumentos de medición aplicados al desarrollo socioeconómico y en particular a la medición de los aspectos territoriales del mismo. A fin de resolverlo he buceado en distintas teorías, a partir de las cuales pude notar que la razón de las falencias estaba más allá de las técnicas, de las metodologías, e incluso más allá de dichas teorías. Pensar la situación a partir del problema a resolver y desde el contexto de aplicación, permitió encontrar herramientas de medición cada vez más adecuadas, a pesar de lo cual, las fallas seguían produciéndose. A pesar de que se adecuaran las herramientas, las decisiones sociales siempre terminaban en un punto distinto al programado. La resolución de estas inquietudes se volvió crucial tanto para la tarea profesional como en la docencia sobre el manejo de técnicas cuantitativas y teóricas de la geografía, tanto en el ámbito general como en el de la geografía económica en particular. Una posible primera respuesta podría basarse en que las fallas estaban en la relación de las herramientas con el pensamiento de los actores sociales antes que con sus declaraciones. Se piensa entonces que estas herramientas de medición no son independientes de los que las utilizan. La búsqueda de una fundamentación llevó a investigar en una serie de autores, básicamente David Harvey, en en su obra La condición de la posmodernidad, incursiona en una serie de conceptos provenientes de distintos marcos teóricos, de los cuales se ha buceado en la teoría del caos, el posestructuralismo y fundamentalmente en el desarrollo del pensamiento hermenéutico aplicado a la geografía. Una primera línea tentativa de trabajo la constituyó el pensamiento de Gilles Deleuze y Félix Guattari que en su obra El Antiedipo, Capitalismo y Esquizofrenia, consideran el deseo como motor básico de la construcción de la sociedad y origen de las decisiones de efectos territoriales. Se concibe aquí la sociedad como un campo de batalla, por lo cual utilizan una terminología ligada a la lucha por la apropiación del territorio. Esto podría dar lugar a pensar en un planteo relacionado con la constitución de una física social a partir de leyes ligadas a esa lucha. Esta duda inicial permaneció vigente dado que se desconocían otras aproximaciones a este marco teórico. En el proceso de investigación se tuvo acceso al trabajo de Marcus Doel que aplica ese marco teórico a su scrumpled geography al trabajo de Marcus Doel que aplica ese marco teórico a su scrumpled geography derivada del mismo a partir del pensamiento nómada y las líneas de fuga. Asimismo, se tomó contacto con los trabajos de Jacques Levi sobre la incorporación del giro hermenéutico a la geografía, al que llama el giro geográfico. Gilles Deleuze y Félix Guattari emprenden una lectura de la sociedad a partir de la crítica del concepto psicoanalítico del complejo de Edipo. A partir del mismo, realizan una contraposición, en un sentido no clínico sino social, entre la paranoia resultante de las prácticas sociales y un estado de esquizofrenia liberadora que se basa en una línea de fuga constituida a partir de un deseo que es independiente de la voluntad individual y que trata de romper con los códigos establecidos por un contexto social que no se adecua a los requerimientos de los individuos sino a los requerimientos del poder hegemónico (socius). Aquí se trata el concepto de línea de fuga como proceso que tiende a salirse del orden establecido por dicho poder hegemónico. Dado que se intenta pensar el proceso de territorialización desde puntos de vista no tradicionales en geografía, se estdiará a estos autores desde las implicancias territoriales resultantes de la aplicación social de su teoría. Estas implicancias alcanzan también a la mencionada geografía económica, la que en el proceso de desarrollo del pensamiento disciplinario ha pasado a ser algo así como la geografía misma en momentos de la institucionalización del paradigma positivista, a padecer un fuerte cuestionamiento epistemológico desde las ciencias sociales y práctico desde el proceso de globalización que ha dado por tierra con los factores clásicos de localización espacial. Es intención de este trabajo, en primera instancia, la discusión teórica acerca de las potencialidades del concepto de línea de fuga en su aplicación a estudios territoriales. Se piensa por lo tanto esta tesis como un ejercicio del pensamiento tendiente a incorporar un aporte teórico novedoso a un viejo problema de la geografía.